Una mexicana en la política canadiense abre camino en Vancouver

MEXICO.- A los 20 años, Nancy Trigueros fue candidata a diputada en el congreso de Chihuahua, su estado natal; tres décadas después, no quita el dedo del renglón en su interés político, a su manera, con las mismas razones: combatir la injusticia… ¡Ahora en Canadá, su estado adoptivo!

El próximo 5 de octubre aparecerá en las boletas de votación para la ciudad de Vancouver, donde busca ser concejal por el partido COPE, donde ha sido copresidenta en los últimos tres años.

La Coalición de Electores Progresistas (COPE) es un partido político municipal en la capital de la Columbia Británica que aboga por causas de principios “socialdemócratas” como ambientalistas, del movimiento obrero y, en tiempos más recientes, por la inmigración.

La historia política de Nancy Trigueros en Canadá, el segundo socio comercial de México, inició con su escape de Ciudad Juárez en 1994, un año después de que empezaron los asesinatos de mujeres. “No nos podíamos quedar calladas”, recuerda.

Pero las denuncias le costaron amenazas de muerte y ella tomó la decisión de pedir refugio en Canadá para dar un giro a su historia, aunque sólo en el sentido geográfico porque las causas, aunque distintas, siguen siendo la delación de injusticias por la vía institucional.

“El activismo es importante pero hay un elemento que hace falta para concretar las demandas y ese elemento es la política”, destaca en entrevista con este diario. 

“A muchos no les gusta pero yo veo en la política una forma de que las inquietudes de la sociedad se transformen en algo concreto, lo vi desde muy joven y vi que podríamos avanzar más si en la política la gente que tiene una visión comunitaria la puede ocupar, si luchamos por esos espacios que los suelen ocupar gente con intereses particulares o económicos”. 

En Juárez, donde estudió derecho en la Universidad Autónoma de Chihuahua, dejó pendientes diversas causas que le hubieran gustado concretar, como frenar el hostigamiento hacia asentamientos irregulares, a gente que tomaba posesión de terrenos sin títulos porque eran basureros y la gente los limpió, los urbanizó y construyeron sus casas y luego los querían echar. Ella fue coadyuvante en muchos de esos casos hasta que tuvo que huir. 

“Cuando pude regularizarme en Canadá apoyé a mucha gente que estaba saliendo de la terrible violencia en México, a compañeros  activistas amenazados, igual que a periodistas”. 

El incremento de solicitudes de refugio por parte de mexicanos en Canadá se disparó por esos años y ha seguido en aumento por diversas causas, principalmente por la violencia, pero también por acoso político y migratorio.

En 2017, un estudio publicado por el Pew Research Center, documentó que Canadá recibió 50,420 solicitudes de asilo, cifra que duplicó las 23,930 que recibió en 2016. Los mexicanos ocuparon la sexta posición por número de solicitudes, con un incremento de 483% respecto a 2016 con 1,459.  “La migración no ha parado”, alerta Nancy Trigueros.

El gobierno canadiense informó que, en 2021, recibió a la mayor cantidad de inmigrantes con residencia permanente en toda su historia: 401,000 personas, la mayoría médicos. Otro grupo beneficiado ha sido el de refugiados pero no todas las solicitudes se han aprobado y los rechazados han caído en un complicado estatus de indocumentados porque las leyes canadienses son más duras que en EU.

En enero de 2014, la mexicana Lucía Vega Jiménez falleció en la ciudad de Vancouver, después de ser desconectada de las máquinas que la mantenían viva en un hospital. Tres semanas antes, fue encontrada en un centro de detención migratoria colgada de la regadera. 

Trabajaba en un hotel y enviaba dinero a su familia cuando fue arrestada por no haber pagado su billete de metro y fue transferida a la Agencia Canadiense de Servicios Fronterizos porque vivía en el país de manera irregular desde que le negaron la petición de refugio, en 2010. 

“Recibió un trato muy injusto y nosotros estuvimos denunciándolo”, recuerda Nancy Trigueros. 

Doce años después el tema situ en la mesa. “Muy pronto vamos a buscar identificaciones de la ciudad para quienes no tengan papeles”, adelanta en esta entrevista.

En agosto pasado, COPE promovió además una moción para evitar que los indocumentados detenidos sean enviados a las mismas cárceles que los criminales. “Todo esto pasa aquí y los migrantes no tienen una red de organizaciones”, detalla. 

“Yo soy parte de COPE porque apoya estas causas sociales, es el patido de izquierda más viejo, se formó en el 68, y lo establecieron los sindicatos que tenían luchas laborales, fue el primero que lanzar a una candidata mujer indígena en 1978”.

La ciudad de Vancuver siempre ha sido un referente de partidos progresistas y, aún así, las batallas no son fáciles. Nancy Trigueros dice que “la derecha se adueñó de la agenda”.

Hace poco, su campaña en COPE vio de cerca lo que hacen las empresas para acercarse a los partidos porque, a pesar de que se prohibió las aportaciones de empresas a los políticos, algunas corporaciones les enviaron “donaciones” personales, pero en sobres con los logos de las compañías. 

Los intereses son millonarios. Principalmente en el tema de vivienda. Actualmente Vancuver es una de las ciudades más caras del mundo. Un departamento de una recámara  recámara pueden ser de hasta 2,200 dólares y mucha gente ni siquiera gana eso. “En México la vivienda es un derecho humano, aquí es un asunto de intereses de empresas inmobiliarias, no hay opciones de viviendas accesibles para trabajadores”.

El problema de la gentrificación  a alcanzado tal punto en Canadá que, en tiempos recientes, el primer ministro del país, Justin Trudeau, dio luz verde a la prohibición de realizar inversiones masivas en las dos grandes ciudades canadienses, Toronto y Vancouver ante las sospechas de dinero malhabido o especulativo proveniente de diversas partes del mundo. 

“Se debe poner un freno a esa ambición desmedida”, coincide Nancy Trigueros a unos días de las elecciones.

Llegar a este punto no ha sido un camino fácil, reconoce: “Incluso en el mismo partido COPE se ha necesitado educar a miembros que no se dan cuenta de su privilegio porque nunca han sido afectado”.

—¿Cómo la han hecho? 

Metiendo a jóvenes, a gente de diferentes etnias, activistas y gente de diferente visión y ahora la posición es impulsarlos y nuestra composición en el comité ejecutivo es gente caucásica pero también de otras razas, mujeres y hombres en un plano de igualdad. 

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