Fiscal especial intenta obligar a un abogado de Donald Trump a testificar, según reportes

El fiscal especial que investiga el manejo de documentos clasificados por parte de Donald Trump en el casos de Mar-a-Lago, busca obligar a David Corcoran, un abogado del expresidente, a testificar ante un gran jurado, dijeron dos fuentes familiarizadas con el asunto, según The New York Times, agregando una nueva dimensión agresiva a la investigación y subrayando el peligro legal que enfrenta Trump.

Los fiscales alegan en una presentación sellada que tienen evidencia de que algunas de las conversaciones de Trump con el abogado fueron para promover un delito, dijo una de las fuentes, lo que permitiría superar el escudo del privilegio abogado-cliente,

La medida representa la más agresiva hasta ahora por parte del fiscal especial Jack Smith, quien dirige la investigación. El caso y la presentación permanecen sellados.

Corcoran compareció recientemente ante el gran jurado durante aproximadamente cuatro horas y es el tercer abogado llamado a testificar ante el mismo. Todavía no ha aparecido por segunda vez y queda por ver si finalmente lo hace.

No estaba claro el martes si el Departamento de Justicia ha desarrollado nueva evidencia para argumentar que hubo planificación criminal, o si los fiscales se basan en los mismos argumentos que se usaron cuando solicitaron una orden de allanamiento para Mar-a-Lago el año pasado.

Agentes del FBI con una orden judicial registraron la propiedad de Trump en Mar-a-Lago en Florida en agosto para recuperar material clasificado, después de determinar que una certificación firmada por su custodio de registros en ese momento, que afirmaba que todos los registros confidenciales habían sido devueltos, era inexacta.

En aquel momento, los fiscales tenían motivos para creer que los registros federales se movieron u ocultaron dentro del club de playa, y habían estado investigando tanto el mal manejo de los registros de seguridad nacional como la obstrucción de la justicia.

Un portavoz de Trump dijo a CNN que la medida era “nada más que una cacería de brujas dirigida y políticamente motivada contra el presidente Trump, inventada para tratar de evitar que el pueblo estadounidense lo devuelva a la Casa Blanca”.

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