Trabajadores de la salud en Estados Unidos enfrentan un alto riesgo de suicidio: estudio
Los científicos apuntan que los trabajadores sanitarios tienen que realizar tareas estresantes y pesadas mientras que, al mismo tiempo, cuidan a pacientes enfermos. A esto se le suma el poco control sobre los resultados de los pacientes, lo que incrementa la presión
Una nueva investigación indica que los trabajadores de la salud de Estados Unidos enfrentan un mayor riesgo de suicidio en comparación con las personas que se desempeñan en otras áreas. Especialmente, las enfermeras registradas, los trabajadores de apoyo a la atención médica y los técnicos de salud son lo que tienen más estrés en el día a día.
El estudio, publicado en la revista médica JAMA, indica que la tasa anual de suicidio entre los trabajadores de la salud es de aproximadamente 14 por 100.000 personas, en comparación con 13 por 100.000 personas entre los empleados de otras áreas.
Los trabajadores de la salud suelen tener rasgos perfeccionistas o compulsivos que pueden hacer que se dediquen excesivamente a su trabajo, indicó el autor del estudio el doctor Mark Olfson en una nota de prensa. Por ello, tienen serios problemas para tomarse tiempo libre lo que puede ser un desencadenante de afecciones en la salud mental.
El también profesor de la Universidad de Columbia apuntó que investigaciones anteriores demuestran que los sanitarios también corren mayores riesgos de ausentarse laboralmente en tiempos prolongados debido a trastornos mentales.
Según el estudio, el riesgo de suicidio en trabajadores de apoyo a la atención médica creció de casi 4 millones en 2008 a 6,6 millones en 2021. En comparación con la población general, los médicos viven más tiempo y tienen hábitos más saludables.
Sin embargo, en su trabajo se involucran en actividades muy estresantes, mientras que cuidan a personas gravemente enfermas. Gestionar grandes cantidades de trabajo con poco control sobre el resultado de los pacientes puede generar esta gran carga mental.
Una guía de prevención
Por su parte, la Asociación Estadounidense de Hospitales, en asociación con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU., creó una guía de prevención del suicidio para el personal que trabaja en la atención médica.
Sin embargo, esta misma guía contempla el hecho de que muchos médicos pueden sentir temor de buscar atención psicológica. Los principales factores desencadenantes son el efecto perjudicial que pueda tener en su capacidad para renovar o conservar su licencia médica estatal.
También los sanitarios temen perder privilegios hospitalarios a través del proceso de acreditación o ser juzgados por parte de pares, gerentes y/o altos directivos. La fuga de información entre los psicólogos ocurre debido a que ejercen en el mismo hospital o sistema de salud que la persona que recibe la atención médica.
Por eso se plantea la opción de que los trabajadores sanitarios puedan acceder a un sistema de exámenes anónimos utilizando programas probados como el Programa de Detección Interactiva de la Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio.
Así mismo, tanto el nuevo estudio como la guía plantean la necesidad de que los ejecutivos de atención médica examinen nuevamente los programas de bienestar que ofrecen a su personal. Para ello la Asociación Estadounidense de Hospitales estableció en el documento una serie de recursos que pueden emplear en el análisis y reestructuración de estas medidas.
En números
Los investigadores de la Universidad de Columbia analizaron datos de la oficina del censo de Estados Unidos de Disparidades de Mortalidad en las Comunidades Estadounidenses. El mismo revela las tasas anuales de suicidio entre los trabajadores del área de salud:
- Los trabajadores de apoyo a la atención médica tienen una tasa de 21.4 por 100,000 personas.
- Enfermeras tituladas: 16
- Técnicos de salud: 15.6
- Médicos: 13.1
- Trabajadores de salud social y conductual así como de otros profesionales que diagnostican o tratan, como dentistas o asistentes médicos la tasa es de 10.1 y 7.6 por 100,000 respectivamente.
- Trabajadores no sanitarios: 12.6.
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