Sentencian a Peter Navarro, exasesor de Trump, a cuatro meses de prisión por desacato al Congreso

Después de que el año pasado un jurado lo declaró culpable por desacato al Congreso, Peter Navarro, exasesor de Donald Trump, fue sentenciado a cuatro meses de prisión.

Al político de 74 años se le encontró culpable de dos cargos por desafiar una citación del comité selecto de la Cámara que investigó los incidentes violentos que se presentaron en el Capitolio, el 6 de enero de 2021.

“Ocultó su estrategia de mala fe de desafío y desprecio detrás de invocaciones infundadas de privilegios ejecutivos e inmunidad que nunca se aplicarían a su situación”, señalaron los fiscales a cargo de la investigación.

El cargo por el cual fue acusado Navarro le implica como mínimo permanecer en prisión obligatoriamente al menos un mes.

Cabe señalar que los fiscales federales habían solicitado medio año para sancionarlo bajo el argumento de que él, “al igual que los alborotadores en el Capitolio, puso primero la política, no el país, y bloqueó la investigación del Congreso”.

Asimismo, las autoridades lo señalaban por haber elegido “la lealtad al expresidente Donald Trump por encima del estado de derecho”.

En este sentido, Amit P. Mehta, juez de distrito, además de sentenciar al político de Massachusetts lo sancionó con una multa de $9, 500 dólares.

La defensa de Peter Navarro trató de argumentar que su cliente creía estar actuando bajo las órdenes de Trump cuando se negó a cumplir con el comité selecto de la Cámara y por ello solicitaban no encarcelarlo.

Apelando la benevolencia del juez, solicitaban una sentencia no mayor a seis meses, esto con el objetivo de que su cliente gozara de libertad condicional, esto después de comprometerse a pagar una multa de $100 dólares por cada uno de los cargos en su contra.

Antes de emitir su sentencia, el magistrado le dejó en claro a Peter Navarro que en ningún momento se estaba ejerciendo una persecución política en su contra, esto con el objetivo de victimizarlo ante la opinión pública.

“No es una víctima. Usted no es objeto de una persecución política, no lo es. Ha recibido todos los procesos que le corresponden.

Lo que me parece decepcionante es que en todo esto, incluso hoy, hay poco reconocimiento de cuál es su obligación como estadounidense: cooperar con el Congreso, brindarles la información que están buscando”, enfatizó.

Al respecto, el fiscal federal adjunto John Crabb, no dudó en señalar que “el acusado desafió descaradamente al Congreso”.

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