George Santos solicita a jueza permiso para salir de vacaciones antes de que arranque su juicio
George Santos, político expulsado de la Cámara de Representantes en diciembre y quien será juzgado en septiembre de 23 acusaciones por delitos graves, solicitó un permiso que le permita desplazarse hacia las montañas Pocono
George Santos, político expulsado de la Cámara de Representantes en diciembre y quien será juzgado en septiembre de 23 acusaciones por delitos graves, le solicitó a jueza Joanna Seybert un permiso que le permita desplazarse hacia las montañas Pocono, ubicadas al noreste de Pensilvania y donde desea tomarse unos días de descanso.
El objetivo del republicano de 35 años es prescindir del requisito de aprobación previa para viajar otorgado por funcionarios judiciales.
Otro detalle a considerar es que la fianza presentada por Santos para evitar su ingreso a una cárcel hasta el inicio de su juicio sólo le permite pasar tiempo en Long Island, Nueva York y Washington DC.
Mediante una carta presentada en el tribunal donde se desarrollará el proceso legal del excongresista, Robert Fantone —quien funge como su abogado— detalla el deseo que tiene su cliente de alejarse un poco de Nueva York con el objetivo de relajarse para encarar su juicio.
“Durante los meses de verano, el señor Santos tiene la intención de realizar visitas regulares a Tobyhanna, Pensilvania.
Él espera viajar semanalmente al área de Mt. Pocono y por lo tanto busca agregar esta ubicación a la orden para evitar presentar solicitudes de viaje semanales”, señala el documento.
El primero de diciembre del año pasado, George Santos se convirtió en el primer republicano en sumarse a la lista negra de los ahora ya seis representantes expulsados en la historia de la Cámara.
A través de un análisis de 56 páginas elaboradas sobre las acusaciones formuladas en contra del neoyorquino, el Comité de Ética de la Cámara de Representantes dio a conocer el informe de la investigación realizada sobre él y determinó que la gran mayoría de los fondos de su campaña aportados por donantes se gastaron en pagar varias de sus deudas personales, sesiones de Spa y compras de artículos en tiendas de lujo.
Basado en ello, 112 republicanos se sumaron a una votación empujada por los demócratas para expulsarlo del Congreso.
Sobre la espalda del republicano figuran varias acusaciones de las cuales destacan: dos cargos de fraude electrónico, un par más por hacer declaraciones falsas a la Comisión Federal Electoral (FEC), otros cargos relacionados con falsificación de registros presentados a la FEC, dos cargos más por robo de identidad y uno ligado a fraude de dispositivos de acceso.
Sin embargo, el exrepresentante por New York se ha declarado no culpable de todas las acusaciones.
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