Inmigrante es deportado tras vivir más de 20 años en EE.UU. como beneficiario de DACA
José Reyes busca adaptarse a una nueva forma de vida en la ciudad de La Piedad, Michoacán
 
			José está casado con una ciudadana estadounidense además de ser padre de una pequeña nacida en EE. UU. Crédito: Damian Dovarganes | AP
José Guadalupe Reyes Hernández, quien pasó la mayor parte de su vida en Estados Unidos, fue deportado recientemente a México tras más de dos décadas bajo la protección del programa DACA.
De acuerdo con una entrevista concedida al periodista Jorge Ramos, Reyes Hernández fue detenido en mayo por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Tennessee. Pasó cinco meses bajo custodia en Luisiana antes de ser deportado en octubre, pese a contar con un proceso migratorio activo y una esposa estadounidense que tramitaba su residencia.
Una vida hecha en Estados Unidos
Según su propio testimonio, Reyes Hernández llegó a Estados Unidos con apenas cuatro años y creció prácticamente toda su vida en ese país. Estuvo protegido por el programa DACA hasta que una infracción de tránsito (DUI) cometida en su juventud le impidió renovar su estatus durante la presidencia de Donald Trump. “Cuando era joven cometí un error, pero ya pagué mi deuda a la sociedad y estaba haciendo todo correcto”, afirmó.

El joven aseguró que contaba con una petición de familiar extranjero (formulario I-130) aprobada por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, un documento que lo hacía elegible para obtener la residencia legal a través de su esposa estadounidense. “Cuando el oficial me paró, le expliqué que tenía esa aplicación aprobada, pero me dijo que no valía nada”, relató durante la entrevista.
Durante su arresto, explicó que agentes de ICE lo interceptaron frente a su casa en Tennessee sin mostrarle orden judicial y le confiscaron su teléfono. “Salía de mi casa y simplemente me pararon. Había un carro encubierto y cuando pasé por ahí, me prendió las luces… Me arrancaron el celular de las manos y lo aventaron”, contó.
Detención y repatriación
Durante los cinco meses que pasó en el centro de detención de Luisiana, describió las condiciones como duras y poco higiénicas. “El agua es muy mugrosa, no es higiénica. Lo único que me ayudó fue mantenerme enfocado y llevarme bien con los guardias; nunca me maltrataron”, explicó.

Reyes Hernández fue trasladado en un avión de la Fuerza Aérea estadounidense hasta Matamoros, desde donde su padre lo recogió para llevarlo a La Piedad, Michoacán. “Todo es nuevo para mí. No conocía nada”, confesó. Desde su llegada, intenta adaptarse a una realidad completamente distinta a la que conocía. “El dinero es diferente, comunicarme con la gente también. No quiero ser irrespetuoso, así que intento hacerlo lo mejor posible”.
El joven mexicano aseguró sentirse agradecido con su país de origen, pero también profundamente desarraigado. “Soy agradecido de haber nacido acá y orgulloso de cómo me recibió mi país, pero mi corazón es de Estados Unidos. Prácticamente toda mi vida la hice allá”.
El caso refleja las grietas del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), creado en 2012 para proteger de la deportación a jóvenes sin estatus legal que llegaron siendo menores.
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