window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-laopinion'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Padre es deportado por ICE tras 19 años en EE.UU. pese a tener permiso de trabajo

A Raul Castillo le fue colocado un monitor electrónico en el tobillo previo a su deportación

Una jueza bloquea el plan del Gobierno de EE.UU. para deportar a niños guatemaltecos

Barco fue condenado por detonar un arma en Colorado Springs, donde una joven embarazada resultó herida. Crédito: Veronica G. Cardenas | AP

Raúl Castillo Ortiz vivió casi dos décadas en Estados Unidos, donde trabajó, formó un hogar y crió a sus hijos en la ciudad de Florence, Carolina del Sur. Su familia asegura que, a pesar de llevar años cumpliendo con audiencias migratorias y tener un permiso de trabajo vigente, fue deportado a México tras su cita más reciente con las autoridades.

Su hija mayor, Reyna, afirmó al medio WPDE que la familia no recibió notificación clara antes de la remoción y que pasaron casi dos días sin saber dónde estaba. La situación los tomó por sorpresa, especialmente porque Castillo había mantenido un historial limpio y acudía puntualmente a cada presentación ante inmigración.

Cambios inesperados en su proceso migratorio

De acuerdo con el mismo medio, Castillo llevaba más de una década asistiendo a audiencias de Stay of Removal, un procedimiento que le permitía seguir trabajando y viviendo con su familia mientras renovaba solicitudes para suspender su deportación. Cada año obtenía autorización para permanecer en el país, lo que creó la expectativa de estabilidad.

Tras una infracción de tránsito, agentes de ICE trasladaron a la venezolana a un centro de detención en Texas.
La familia de Raúl no recibió ninguna explicación sobre el paradero de Castillo previo a su deportación.
Crédito: Mehaniq | Shutterstock

Sin embargo, en agosto pasado, durante una cita en Charleston, la dinámica cambió. Después de ver al juez, agentes de ICE lo trasladaron a una oficina en North Charleston, donde le colocaron un monitor electrónico en el tobillo. La familia asegura que esa medida lo afectó profundamente, pues él sentía que era tratado como un criminal a pesar de no tener antecedentes ni violaciones migratorias graves. El dispositivo lo acompañó durante unos tres meses.

Tras otra audiencia en septiembre, regresó a casa temporalmente, pero en octubre volvió a ser citado y nuevamente retenido. Según WPDE, ese fue el punto que desencadenó su deportación. El 6 de noviembre dejaron de tener comunicación con él y no supieron qué había ocurrido hasta la noche del día 7, cuando llamó para avisar que había sido enviado directamente a México.

Acusan falta de información y decisiones poco claras

Según WPDE, durante esos dos días la familia no recibió ninguna explicación sobre el paradero de Castillo. La incertidumbre creció por los reportes que habían escuchado sobre detenciones en Luisiana, donde algunos migrantes permanecen incomunicados por días. La falta de información, dicen, intensificó el miedo sobre su seguridad y su estado de salud.

La familia sostiene que Castillo pidió permanecer en el país, sobre todo porque uno de sus hijos enfrenta una compleja condición médica que afecta su desarrollo. Afirman que entregaron expedientes médicos y una carta del especialista que lo atiende, en la que se recomendaba mantener la unidad familiar para proteger el bienestar del menor.

Para ellos, la deportación ignoró tanto el tiempo que Castillo llevaba residiendo en el país como el arraigo creado durante 19 años de trabajo y vida comunitaria. Su hija lamentó que, pese a haber cumplido con cada requisito, el proceso haya concluido con una expulsión inesperada que ahora mantiene a la familia dividida entre Carolina del Sur y México.

Aunque han podido hablar con él desde su llegada a México, la familia asegura que él desea regresar y que la separación les ha generado un profundo desgaste emocional. Esperan visitarlo el próximo mes mientras buscan apoyo legal para analizar si existe alguna opción para revisar su caso.

Continúa leyendo:

Detienen a manifestantes que enfrentaron a policías ante centro de detención de ICE en Chicago

El Caucus Hispano del Congreso respalda la decisión del representante “Chuy” García de retirarse

Zar fronterizo reprende a obispos católicos por condenar las deportaciones masivas de inmigrantes


En esta nota

deportación ICE
Contenido Patrocinado