Aumenta la tendencia de “no regalar” en Navidad en EE.UU., muestra estudio
Más familias en EE.UU. optan por no intercambiar regalos en Navidad. Un estudio reveló las razones y el impacto emocional y económico de esta tendencia
Aunque cada vez más familias adoptan la celebración de Navidad sin regalos, hacen una excepción con los niños. Crédito: Shutterstock
La práctica de dejar a un lado los regalos navideños gana fuerza en Estados Unidos, y un nuevo estudio revela cómo esta tendencia se vuelve cada vez más común. Esta visión alternativa de las fiestas refleja un cambio cultural profundo, en el que más personas priorizan el bienestar emocional y financiero por encima del consumo tradicional.
Un estudio reciente de la firma Empower mostró que el 33% de los encuestados planea no pedir regalos este año. Esta cifra señala un giro notable en la manera en que muchas familias desean vivir las fiestas. Para algunos expertos, se trata de un contraste cada vez más marcado frente al consumismo estacional.
“No dar regalos es sin duda una señal económica, pero también se está convirtiendo en un acto de generosidad en sí mismo“, comentó Rebecca Rickert, directora de conocimiento del consumidor de Empower, a USA TODAY. “Le quita presión a la otra persona para que dé”.
El estudio también muestra un cansancio creciente hacia la cultura del regalo. El 60% de los participantes considera que el intercambio navideño “está fuera de control”. Otro 48% asegura sentir “fatiga de regalos”. Además, el 44% prefiere ofrecer “el regalo del tiempo” en lugar de artículos materiales. Estos datos reflejan un cambio emocional importante, especialmente entre jóvenes adultos que buscan relaciones más significativas y menos atadas a expectativas de consumo.
En redes sociales circulan testimonios de familias que han decidido replantear sus tradiciones. Algunas organizan actividades creativas, juegos o pequeños espectáculos caseros para reemplazar el intercambio de obsequios. Otras simplemente disfrutan una cena especial o reuniones íntimas sin la presión de comprar algo para cada integrante. Muchas comparten que esta transición ocurrió de manera gradual hasta llegar a un consenso familiar.
Varias de estas experiencias resaltan beneficios económicos evidentes. Con el incremento del costo de vida, muchas familias buscan formas de reducir gastos en diciembre. Evitar la compra de regalos libera presupuesto para necesidades esenciales o metas financieras importantes. Algunas familias mencionan que este cambio también elimina la tensión asociada con encontrar el obsequio “perfecto” o con aparentar entusiasmo por algo que no necesitaban.
El impacto emocional es otro factor clave. Personas que han adoptado esta tendencia expresan que se sienten más tranquilas y menos abrumadas cuando la lista de compras desaparece de su agenda. Para muchos, las fiestas recuperan un sentido más espiritual y familiar.
Josie Bradley, una madre de 53 años, con cuatro hijos adultos, dos de ellos casados y con hijos, explicó en sus redes sociales que nunca había sentido tanta emoción por las celebraciones, señalando que por primera vez disfrutaba la temporada sin sentirse obligada a comprar regalos.
Aun así, algunas familias hacen excepciones. En muchos hogares, los niños siguen recibiendo un regalo especial para evitar que se sientan excluidos entre sus amigos. Esta flexibilidad permite ajustar la tradición a las dinámicas familiares sin perder la alegría infantil de la Navidad.
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