FBI rescata a joven de 17 años secuestrado en el Condado de Santa Bárbara
Tres sospechosos retenían a la víctima en un motel de Santa María, después de secuestrarlo el lunes 18 de septiembre en Highland; las autoridades localizaron a los sospechosos con ayuda de una herramienta llamada simulador de sitio celular
El joven secuestrado estaba en un motel de Santa María, en el Condado de Santa Bárbara. Crédito: Joe Raedle | Getty Images
Agentes del Buró Federal de Investigación (FBI) rescataron la mañana del 22 de septiembre en un motel del Condado de Santa Bárbara a un adolescente de 17 que se encontraba retenido para exigir un rescate, informaron fuentes policiales.
En el operativo, un equipo especial de armas y tácticas del FBI arrestó a tres sospechosos, identificados como Fidel Jesús Patiño Jaimes, Jair Tomás Ramos Domínguez y Ezequiel Félix López, quienes fueron acusados de secuestro, según la denuncia penal federal.
De acuerdo con la Fiscalía federal para el Distrito Central de California, el delito de secuestro conlleva una pena máxima legal de cadena perpetua.
Las fuentes dijeron que no se efectuaron disparos durante el operativo.
En la denuncia penal se indica que el lunes 18 de septiembre, una persona en la localidad de Highland escuchó un fuerte golpe afuera de su casa, y al revisar las imágenes de una cámara ring observó a dos hombres que habían sacado a una víctima de un automóvil y posteriormente la metieron en un Jeep Grand Cherokee plateado.
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Cuando los detectives revisaron las imágenes de la cámara ring, se percataron que el vehículo de la víctima presentaba daños en la parte frontal, lo que hizo pensar que los presuntos secuestradores habían ocasionado un accidente, lo que provocó que el adolescente descendiera de su automóvil y los sospechosos aprovecharan para subirlo al jeep.
Algunas horas después, la madre del adolescente secuestrado recibió una llamada telefónica presuntamente de un número mexicano y la persona que se comunicó exigió el pago de $500,000 dólares de rescate en un lugar no especificado en Nogales, México, para liberar al joven.
La madre también recibió vía WhatsApp un video en el que se veía a su hijo en el asiento trasero de un vehículo.
En la denuncia, se dice que el joven parecía estar leyendo un escrito en el que expresaba que el secuestro era consecuencia de un incidente que tuvo su padre en Yonkers, Nueva York, y que el padre “sabía lo que se robó”.
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Durante los siguientes días, la madre continuó recibiendo llamadas de números telefónicos mexicanos, y los secuestradores amenazaron con cortar partes del cuerpo del adolescente si no se efectuaba el pago de rescate.
Finalmente, el monto exigido se redujo a $100,000 dólares después de que la madre del joven dijera que no tenía los $500,000 dólares que le exigían originalmente.
El 20 de septiembre, los agentes del FBI lograron identificar un número de teléfono relacionado con el vehículo de los sospechosos que estaba a la venta en Marketplace, en Facebook, y con ese dato, con los registros GPS del número que fueron proporcionados por una compañía telefónica, se logró determinar la ubicación del usuario del celular.
Según la denuncia, el FBI consiguió una orden judicial que permitía el uso de un dispositivo sofisticado llamado simulador de sitio celular, que es una herramienta de vigilancia que imita una torre de telefonía celular, lo que hace que los teléfonos celulares cercanos se registren en el simulador. Cuando los teléfonos se conectan al dispositivo, los investigadores pueden identificar un teléfono en particular.
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Con esta herramienta, el FBI logró identificar y localizar el teléfono en un motel en Santa María, por lo que se desplegó una operación de vigilancia cerca de la habitación donde se encontraba el celular del sospechoso, y a la mañana siguiente, las autoridades ejecutaron una orden de registro.
Un escuadrón SWAT de la oficina local del FBI en Los Ángeles ingresó a la habitación del motel, donde rescataron al adolescente secuestrado y se hizo el arresto de los tres sospechosos armados.
Según la denuncia penal, los tres sospechosos admitieron haber participado en el secuestro o confinamiento de la víctima.
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