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Cierre de gobierno: la deuda de EE.UU. supera los $38 billones por primera vez

La deuda de EE.UU. alcanzó un récord histórico de $38 billones de dólares, mientras el cierre del gobierno agrava la crisis fiscal y amenaza la economía

Nuevo récord deuda nacional EE.UU.

El gobierno de los Estados Unidos alcanzó un nuevo y lamentable récord: una deuda de $38 billones de dólares. Crédito: Shutterstock

La deuda nacional de Estados Unidos superó los $38 billones de dólares por primera vez, según datos recientes del Departamento del Tesoro. Este hito histórico coincide con un cierre del gobierno federal que mantiene paralizadas numerosas agencias, dejando sin salario a cientos de miles de empleados públicos y generando nuevas preocupaciones sobre la salud económica del país.

El crecimiento de la deuda se ha acelerado en los últimos meses. En enero de 2024, la cifra era de $34 billones de dólares, en julio alcanzó los $35 billones de dólares y para noviembre ya había subido a $36 billones de dólares. Ahora, menos de un año después, el monto supera los $38 billones de dólares, lo que refleja un ritmo de endeudamiento sin precedentes en la historia moderna.

Expertos advierten que los cierres de gobierno pueden empeorar la situación fiscal, ya que detienen la actividad económica y retrasan decisiones presupuestarias clave. Reactivar programas federales después de una pausa también eleva los costos operativos.

La Oficina de Administración y Presupuesto estimó que el cierre de 2013 costó $2 mil millones de dólares en productividad perdida, mientras que el de 2018, el más largo en la historia del país, generó $11 mil millones de dólares en pérdidas económicas, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).

“Alcanzar los $38 billones de dólares en deuda durante un cierre de gobierno es la última señal preocupante de que los legisladores no están cumpliendo con sus deberes fiscales básicos“, comentó Michael A. Peterson, director ejecutivo de la Fundación Peter G. Peterson, a CBS MoneyWatch. “Pasamos de $37 billones de dólares hace apenas dos meses, y el ritmo actual duplica la tasa de crecimiento desde el año 2000”.

El problema va más allá de las cifras. El déficit federal, que representa la diferencia entre lo que el gobierno gasta y lo que recauda cada año, continúa ampliándose. Esto obliga a financiar el gasto con más deuda, generando un ciclo difícil de romper.

Según la Fundación Peterson, los pagos de intereses sobre la deuda podrían aumentar de $4 billones en la última década a $14 billones de dólares en los próximos diez años, limitando la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura, educación y programas sociales.

Los efectos también se sienten en los bolsillos de los consumidores. Kent Smetters, profesor de economía en la Universidad de Pensilvania, advirtió que el creciente endeudamiento presiona la inflación y reduce el poder adquisitivo de las familias.

“Mucha gente quiere saber que sus hijos y nietos podrán tener un futuro estable, pero esa inflación adicional erosiona su capacidad para comprar una casa”, explicó.

La calificadora Moody’s degradó la nota crediticia de Estados Unidos en mayo, pasando de Aaa a Aa1, reflejando la desconfianza de los inversionistas ante el aumento de la deuda. Otras agencias, como Standard & Poor’s y Fitch Ratings, también han rebajado sus evaluaciones en los últimos años.

“Nos estamos volviendo peligrosamente insensibles a nuestra propia disfunción”, señaló Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable. “No aprobamos presupuestos, ignoramos las salvaguardas fiscales y dejamos intactos los mayores impulsores del gasto”.

Desde la Casa Blanca, el gobierno del presidente Donald Trump asegura estar reduciendo el déficit. El Departamento del Tesoro informó que, entre abril y septiembre, el déficit total fue de $468 mil millones de dólares, el nivel más bajo desde 2019. Un portavoz añadió que el Ejecutivo busca “impulsar el crecimiento económico, reducir la inflación y combatir el despilfarro en el gasto público”.

Sin embargo, la velocidad con la que crece la deuda plantea un reto de gran magnitud. Un endeudamiento sostenido puede elevar las tasas de interés, desalentar la inversión privada y poner en riesgo el crédito del país. Si no se abordan las causas estructurales, como el gasto en seguridad social, salud y defensa, las generaciones futuras podrían cargar con una deuda que limite su bienestar económico.

La superación de los $38 billones de dólares en deuda es más que un número: es una advertencia sobre la urgencia de replantear las finanzas públicas antes de que el costo recaiga, de manera irreversible, sobre los ciudadanos y la economía en general.

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