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Más del 75% de las casas en Estados Unidos son impagables

Un análisis de Bankrate reveló que más de tres cuartas partes (75%+) de las viviendas en EE.UU. son inaccesibles para los ingresos de un hogar típico

Precios de las casas muy altos

Los precios de las casas siguen tan altos, que son inaccesibles para la gran mayoría de los hogares en EE.UU. Crédito: Shutterstock

Decir que las casas en Estados Unidos son impagables, ya no es una simple idea popular, es un hecho. Un nuevo análisis de Bankrate muestra que la mayoría de las familias, incluso con ingresos estables, quedan fuera de la competencia en un mercado donde los precios siguen subiendo y la oferta sigue estancada. Más de 75% de las viviendas están alejadas para el presupuesto de muchos hogares. La situación afecta especialmente a compradores de ingresos bajos y medios.

El estudio tomó como referencia el ingreso típico del hogar, que ronda los $80,000 dólares anuales, señalado por la Oficina de Censo de los Estados Unidos. Con ese nivel salarial, solo uno de cada cuatro inmuebles disponibles entra en la categoría de “asequible”. Esto se debe a que el comprador promedio necesitaría cerca de $113,000 dólares al año para costear una vivienda de precio medio, situada en $435,000 dólares, según Redfin. La brecha es evidente y supera los $33,000 dólares.

“El sueño americano —en la medida en que implica comprar una casa y criar a tu familia— se ha vuelto mucho más difícil”, comentó Chen Zhao, jefe de investigación económica en Redfin.

Además, las razones de la inasequibilidad son variadas:

Mientras tanto, los precios subieron con rapidez entre 2020 y 2023. Las tasas hipotecarias alcanzaron niveles no vistos en 20 años. Los salarios no avanzaron al mismo ritmo. El resultado es un mercado desequilibrado. En palabras de Alex Gailey, analista de Bankrate, “solo una parte mínima del mercado de la vivienda es asequible para el hogar típico”.

Al analizar las 34 principales áreas metropolitanas, Bankrate identificó que en ciudades como Miami, Los Ángeles y San Diego menos de uno de cada 50 listados es accesible para la familia promedio. En grandes urbes como Nueva York o San Francisco se necesita ganar más de $200,000 dólares al año para aspirar a una vivienda de precio medio. El panorama es especialmente complejo en la costa oeste, donde cuatro de los diez mercados menos accesibles están en California.

Sin embargo, hay algunos puntos de luz. En varias ciudades del Rust Belt y del sur, como Pittsburgh, St. Louis, Cincinnati o Birmingham, todavía es posible encontrar una proporción más saludable de casas asequibles. En Pittsburgh, por ejemplo, uno de cada dos listados puede estar al alcance del comprador típico. Aun así, la competencia es feroz y muchos compradores enfrentan meses de ofertas rechazadas.

La raíz del problema sigue siendo la falta de inventario. Estados Unidos arrastra un déficit habitacional cercano a los 4.7 millones de unidades. Hannah Jones, analista de Realtor.com, explica que cuando un hogar solo puede acceder al 20% o 30% de las propiedades disponibles, “el mercado no está calibrado de acuerdo con los ingresos de los residentes”. Eso es exactamente lo que ocurre en la mayoría de las grandes ciudades.

Las presiones no se limitan a precios y tasas. Los seguros de vivienda y los impuestos prediales han aumentado con fuerza. En paralelo, la edad del comprador primerizo subió hasta los 40 años, el nivel más alto registrado. Zhao afirma que el país vive una división entre quienes alcanzaron a comprar antes del repunte de tasas y quienes ahora ven su poder adquisitivo desaparecer.

“Las personas que conoces a quienes les resulta más fácil ser propietarios de una vivienda tienen ingresos más altos o familiares que pueden ayudar”, comentó Zhao. “También hay quienes compraron una casa antes de 2022. Si formaste parte de ese grupo, tuviste mucha suerte”.

¿Podrá mejorar la situación? Los expertos coinciden en que no habrá cambios rápidos. Se espera un alivio lento hacia 2026, con un mercado más equilibrado y tasas ligeramente más bajas. Pero no volverán a los niveles mínimos de 2020. La recuperación depende en gran medida de que aumente la construcción, especialmente de viviendas accesibles para familias de ingresos medios.

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