Trump cree que los aranceles ayudarían a quitar los impuestos sobre la renta
El presidente Donald Trump planteó la posibilidad de que los ingresos por aranceles puedan bajar o eliminar el impuesto sobre la renta: esto creen los expertos
Los aranceles serían las tijeras que pudieran eliminar el impuesto sobre la renta, con base en la perspectiva del presidente Trump. Crédito: Shutterstock
¿A quién no le gustaría dejar de pagar impuestos sobre la renta? El presidente Donad Trump planteó la posibilidad de que se elimine el income tax federal con los ingresos que generen los aranceles. Y pesar de que es una noticia que anima a cualquier trabajador, calmen las emociones, porque diversos expertos tienen dudas de que esto se concrete.
En una reunión de gabinete del 2 de diciembre, el presidente Trump afirmó que ve cercano el momento en el que los estadounidenses no tengan que pagar este impuesto.
“Creo que en un futuro no muy lejano, ni siquiera tendremos que pagar impuestos sobre la renta porque el dinero que estamos ingresando es enorme“, aseguró Trump durante la reunión.
Estos comentarios se dieron mientras la Corte Suprema analiza la constitucionalidad de los aranceles aplicados durante su administración.
“(La administración de Trump) está lista para recaudar billones en ingresos para el gobierno federal en los próximos años con sus aranceles —cuyos costos serán pagados en última instancia por los exportadores extranjeros que dependen de la economía estadounidense”, señaló Kush Desai, vocero de la Casa Blanca.
Sin embargo, los analistas de política fiscal sostienen que el impacto real de estos impuestos recae parcialmente en los consumidores estadounidenses mediante precios más altos.
El cálculo de los expertos indica que los aranceles no pueden reemplazar la recaudación del impuesto sobre la renta.
“Es mecánicamente imposible sustituir por completo los ingresos del impuesto sobre la renta con aranceles”, comentó Erica York, vicepresidenta de política fiscal federal de la Tax Foundation, un centro de estudios independiente. “Cualquier intento real de hacerlo perjudicaría a la clase trabajadora estadounidense, perjudicaría la economía estadounidense y aumentaría significativamente el déficit presupuestario federal“.
Según York, mantener la política arancelaria actual generaría cerca de $2.1 billones de dólares en una década. El impuesto sobre la renta, en contraste, aportaría alrededor de $32 billones de dólares en ese mismo periodo.
Las cifras anuales refuerzan la brecha. El IRS reporta que los impuestos individuales generan cerca de $2.7 billones de dólares al año. El Departamento del Tesoro indicó que en el año fiscal 2025 los aranceles sumaron $195 mil millones de dólares.
“Los aranceles, incluso aplicados al máximo, simplemente no podrían generar ese nivel de ingresos”, aseguró York.
Scott Lincicome, del Cato Institute, señaló que una reducción del impuesto sobre la renta financiada con aranceles beneficiaría sobre todo a los mayores ingresos.
“Si hicieran una reducción plana del 3% en el impuesto sobre la renta, los únicos que realmente se beneficiarían serían el 10% superior”, afirmó Lincicome. Y, aclaró, que ese grupo ya aporta cerca del 72% de los impuestos sobre la renta en el país.
La idea de un “dividendo arancelario” de $2,000 dólares también luce inviable. Lincicome calculó que enviar ese cheque costaría entre $300,000 y $600,000 millones de dólares, bastante más de lo que el país recauda actualmente por importaciones. Algunos legisladores republicanos incluso han rechazado la propuesta. El senador Ron Johnson declaró que Estados Unidos “no puede permitírselo”.
Además, para obtener suficiente dinero mediante aranceles sería necesario aplicar tasas tan altas que los consumidores dejarían de comprar productos importados.
El promedio actual de tarifas efectivas para los consumidores ronda el 17%, la cifra más elevada desde 1935. Este mecanismo funciona más como un impuesto al consumo que como un tributo progresivo. Las empresas pagan un porcentaje del valor del producto según su país de origen y luego deciden si transfieren ese costo al comprador final.
El contraste con el impuesto sobre la renta es profundo. Este último es progresivo y las tasas más altas recaen sobre los ingresos más elevados. York advirtió que sustituir el sistema actual por uno basado en aranceles tendría un efecto regresivo. Añadió que intercambiar un impuesto altamente progresivo por uno regresivo dañaría a los mismos contribuyentes que se supone se quiere ayudar.
Tal como sucede con el “dividendo arancelario” de $2,000 dólares, prometer quitar los impuestos sobre la renta no cuesta nada, cumplirlo se ve más como un milagro y, de paso, aumenta la popularidad del presidente. Veremos si el tiempo y la legislación le dan la razón al mandatario o a los especialistas.
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